viernes, 8 de julio de 2011

Las letras como bebida



Este texto se  toma de un solo trago, rápido y sin titubear. Pienso que las letras tienen que ser bebidas ya que  solo así podrán ser absorbidas, lo que les permitirá circular a la par de la sangre. Una vez que ya se haya tomado una buena copa hecha de palabra, se podrá captar en su totalidad el propósito de este texto.

A la literatura hay que tomarla desde la copa, haciendo circular aquel peculiar vino hecho de sustantivos, adjetivos y verbos. Se pegan los labios al borde del vidrio, y a sorbos pequeños se va degustando a la sublime poesía. Es este vino el que tiene la facultad de dejar en la lengua aquel peculiar sabor a retórica.

No se tiene que ser un catador experimentado para disfrutar de las gracias de tan sublime bebida. Sería un atentado contra Dionisio destinar dicho brebaje para una selecta élite. Se puede degustar de noche o de día, acompañado o desacompañado, siendo joven, maduro o viejo. Las letras para nuestra fortuna no conocen de raza, de sexo, de edad o de aquel cuento llamado religión. Las letras son libres, fluyen como liquido, nos recorren de polo a polo, nos circulan por todo el cuerpo.

Pero las letras, a pesar de ser libres, conocen de reglas, y a Dionisio gracias, porque así se evita que se conviertan en bebida barata. Las letras, fuertes más aún delicadas, deben ser tratadas con el respeto que se merecen: La bebida tiene que ser degustada y no vulgarmente tragada. Lo dulce tiene que posarse sobre los labios, y solo así se mantendrá imperturbable la huella que nos regala la letra, dejando una característica ansia por un sorbo nuevo, creando así entre nosotros un vínculo que va más allá de lo superfluo, de lo digerido. Solo dejando su fantasma en nuestros labios nos veremos impotentemente dependientes al vino compuesto de oración y sujeto.

Este texto, corto y con algún fin práctico se agota, dejando no más que unas cuantas gotas al final del vaso. Las gotas se reducen en una oración breve que refleja ideas mías: Yo estoy a favor de la bebida, de las letras libres y de la hermosa poesía.



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